Los materiales de construcción forman la estructura y la envolvente de nuestros edificios, nos dan protección y aislamiento frente a las agresiones externas. El edificio es nuestra “tercera piel”, por lo tanto, es muy importante que conozcamos su incidencia sobre nuestra salud. También tenemos que ser conscientes del impacto medioambiental que comportan. En bioconstrucción intentaremos utilizar en la medida de lo posible materiales sanos y sostenibles.
MATERIALES SANOS
- Transpirables: Deben tener buenas propiedades de transpiración, la vivienda necesita respirar y tenemos que evitar los materiales con poro cerrado.
- Higroscópicos: Deben tener la capacidad de absorber o ceder rápidamente el agua del ambiente que los rodea, es decir, tienen que regular bien la humedad.
- Saludables: Deben estar libres de contaminantes y sustancias tóxicas, no tienen que producir radiaciones elevadas, ni cargas electroestáticas ni tienen que emitir campos eléctricos perjudiciales para nuestra salud.
- Térmicos: Deben tener buenas propiedades térmicas, ya sea como aislantes térmicos, como acumuladores o como masa de inercia térmica.
MATERIALES SOSTENIBLES
- Mínimo impacto ambiental: La obtención, transformación, transporte o utilización de los materiales tiene que implicar el mínimo gasto energético posible, además de no suponer un expolio o atentado ecológico del medio ambiente.
- No contaminantes: Tanto en su fabricación, como en su utilización o eliminación, los materiales no tienen que ser contaminantes del entorno.
- Disponibilidad local: La utilización de materiales del lugar evita la contaminación y el gasto energético que implica su transporte, además de fomentar la ocupación local y ayudar a mantener los oficios tradicionales.
- Reutilizables: Cualquier material tiene que ser en cierta medida reciclable y reutilizable, para minimizar los residuos generados durante la construcción, a lo largo de la vida útil de la vivienda, y durante el proceso de su demolición.
Ejemplos de materiales sanos y sostenibles son: